A veces, cuando hablamos de la ineptitud de algunos funcionarios del municipio de San Isidro, el lector podrá creer que existe alguna animosidad por parte de este periódico y tomará con pinzas lo que se escribe.
Pero, en este caso vamos a poner sobre el tapete un ejemplo claro de esa INEPTITUD.
Sobre la calle Luís María Drago en la intersección con la calle Rastreador Fournier, en Villa Adelina, está ubicado el colegio Nicolás Copernico, al que concurren aproximadamente novecientos alumnos, seiscientos a la mañana y trescientos a la tarde. Sobre la calle Drago mano a la estación de Villa Adelina hay una parada de colectivos, cuyo refugio estaba formado por una chapas añosas, que sin duda había que cambiar. Pues bien, los funcionarios de la secretaría de obras públicas, mandan colocar uno nuevo de dos metros de ancho por tres de largo. Teniendo en cuenta que el espacio tiene más o menos unos ocho metros de largo, a nadie se le ocurrió pensar que lo colocado es insuficiente, teniendo en cuenta los días de lluvia donde además de los alumnos del colegio, también esperan transeúntes particulares, este refugio no cubre la necesidad que debería.
Nos preguntamos, ¿a nadie se le ocurrió que se podía mandar a hacer un techo que cubra realmente a los que necesitan resguardarse de la lluvia? Claro, el municipio tiene estos que coloca en todo el distrito y a ninguno pensó, que tal vez para este lugar es otra cosa la que hay que hacer. Aquí está la muestra de la incompetencia, impericia, incapacidad y torpeza para tomar decisiones que satisfagan la vida diaria de los vecinos.
La verdad señores, que si trabajaran gratis, aún así, serían caros para los contribuyentes. Podrían mínimamente justificar el sueldo que ganan proponiéndose hacer las cosas con un poco de criterio. Y le aseguro señor lector, que esto es una parte infinitesimal de todo lo que se hace mal. Por eso considero que SAN ISIDRO ES LAMENTABLEMENTE DISTINTO.
Pero, en este caso vamos a poner sobre el tapete un ejemplo claro de esa INEPTITUD.
Sobre la calle Luís María Drago en la intersección con la calle Rastreador Fournier, en Villa Adelina, está ubicado el colegio Nicolás Copernico, al que concurren aproximadamente novecientos alumnos, seiscientos a la mañana y trescientos a la tarde. Sobre la calle Drago mano a la estación de Villa Adelina hay una parada de colectivos, cuyo refugio estaba formado por una chapas añosas, que sin duda había que cambiar. Pues bien, los funcionarios de la secretaría de obras públicas, mandan colocar uno nuevo de dos metros de ancho por tres de largo. Teniendo en cuenta que el espacio tiene más o menos unos ocho metros de largo, a nadie se le ocurrió pensar que lo colocado es insuficiente, teniendo en cuenta los días de lluvia donde además de los alumnos del colegio, también esperan transeúntes particulares, este refugio no cubre la necesidad que debería.
Nos preguntamos, ¿a nadie se le ocurrió que se podía mandar a hacer un techo que cubra realmente a los que necesitan resguardarse de la lluvia? Claro, el municipio tiene estos que coloca en todo el distrito y a ninguno pensó, que tal vez para este lugar es otra cosa la que hay que hacer. Aquí está la muestra de la incompetencia, impericia, incapacidad y torpeza para tomar decisiones que satisfagan la vida diaria de los vecinos.
La verdad señores, que si trabajaran gratis, aún así, serían caros para los contribuyentes. Podrían mínimamente justificar el sueldo que ganan proponiéndose hacer las cosas con un poco de criterio. Y le aseguro señor lector, que esto es una parte infinitesimal de todo lo que se hace mal. Por eso considero que SAN ISIDRO ES LAMENTABLEMENTE DISTINTO.
Por Beatriz Gonçalves Bentes
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